Qiren en 28 mm

Como ya les comentaba en el diario de campaña de ayer, tras más de ocho años de juego uno de los miembros fundadores de las Garras del Fénix perdió la vida en uno de los combates más reñidos que se han vivido en la mesa de este Narrador. Ese mismo día, durante el descanso de la comida, comencé a presionar al jugador habitual de Taffel para que comenzara a pensar en un nuevo personaje. Sé que perder a un personaje puede ser algo duro, y que algunos jugadores llegan incluso a perder en parte las ganas de jugar. Afortunadamente no es el caso, y el jugador creó un trasfondo sencillo que luego ha ido ampliando hasta formar un relato. Mientras tanto, yo iba dando forma (o mejor dicho, color) a la miniatura que lo representará en la mesa. El jugador no puede estar más contento, y tiene ganas de jugar con su nuevo personaje, así que el plan ha funcionado.

Para el grupo la pérdida será un poco más complicada, porque Taffel era el mago principal de las Garras, y el nuevo personaje suma otro guerrero al grupo (ni el jugador ni yo queríamos que repitiera el tipo de personaje). El papel de Taffel debería ser suplido por la magia espiritual de Vaire, el poder dracónico de Grar y las runas de CB y Nali; pero todo eso ya estaba presente antes, y la magia del cábiro seguía siendo un pilar importante. Ya veremos cómo funciona la cosa.

De momento nos centraremos en la nueva miniatura. Me sorprendí cuando el jugador me comentó que quería ser un herrero, y más cuando me dijo que sería de raza alba, porque pensaba que no sería fácil usar esta mini en la mesa. Se trata de Tellcharion, figura de Enigma para su línea de Massive Darkness. Mide sus buenos 30 mm, así que es una suerte que en Lüreon los albos sean más altos que los fersos y todo quede más o menos a escala. Por otra parte, cuando le enseñé la figura al jugador me dijo algo así como «Hombre, pero no lo dejes así, ponle un escudo o algo». Así que efectivamente tomé un escudo de los bretonianos antiguos y limé el relieve, pegándole luego una de las insignias de los altos elfos. Además formé una correa ancha a partir de cinta de embalar, cortándola a la medida idónea y añadiéndole unas cuantas capas de endurecedor de uñas. Material con el que, antes, le había creado una suerte de camisa.

A la hora de pintarlo tenía una serie de patrones: por un lado, el rojo oscuro y el azul neutro típico de las Garras del Fénix, pero manteniéndolo en parte alejado para mostrar una mayor individualidad; por otro, intenté aporximarlo a los colores de Vaire, la otra alba del grupo; y finalmente, el saber que al jugador le gustan los colores vivos. Y así es como quedó. Botas, martillos y escudo bastante bien; a la piel le faltaría un mayor contraste entre luces y sombras.





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