Methril en 28 mm

Una de las cosas que siempre he tenido pendientes es ir separando las distintas miniaturas que componen la serie del mundo de Lüreon. Naturalmente, como ninguna marca comercial tiene una línea basada en mi mundo propio (todavía), ya saben que lo que hago es escoger algunas de las marcas más conocidas, y personalizarlas a mi gusto. Y éste es el caso, por supuesto, de la miniatura del druida Methril. Tenía claro la forma de la ropa y el aspecto genérico, así que comprobé mi caja de minis por pintar. Finalmente, escogí la siguiente:
Esta figura representa a Halbarad, y pertenece a la línea de El Señor de los Anillos. Perdonen por el granulado de la foto, pero he tenido que escanearlo de un libro, ya que en la web de Games-Workshop parecen haber cambiado de figura para Halbarad. La mini en cuestión está formada por una única pieza del pesado metal de Citadel, y hace ya mucho tiempo que el estandarte, de tanto ser enderezado, se rompió. Posteriormente, como la pose tampoco me gustaba demasiado, pensé en usar la cabeza para otra miniatura, pero el proceso de cortado... fue simplemente desastroso. Sin estandarte y sin cabeza, la figura estaba prácticamente condenada. Sin embargo, la he conseguido rescatar: una nueva cabeza (de uno de los muchos Aragorns de la serie) y un poco de masilla han hecho maravillas. La verdad es que ese 'palo', convenientemente doblado en su parte superior, espoleó mi imaginación. Éste es el resultado:
 
  
Una vez más, he metido la pata al hacer las fotos después de aplicar la capa de barniz, y por eso salen esos brillos, mucho más disimulados con la figura en mano. Por supuesto, buscaba el contraste entre el cuero de color rojizo y la capa, de verde muy vivo (muy poco habitual en mis miniaturas), con la añadidura de ese clarísimo pelo (me alegra que no se note la masilla), que obliga a centrar la mirada en la cara. El resto de elementos se han pintado con combinaciones poco llamativas y muy comunes. La posición de la cabeza y los brazos me hacía pensar en la proclamación de algún sortilegio druídico, y decoré la peana en consonancia. Ahora les dejo con una vueltecita de la mini y un par de fotos desde arriba (la última, con intenso zoom, que es donde se ven los fallos):
 

PD: He añadido siete canciones más de Immediate al reproductor de su derecha, por lo que ya hemos llegado al total de quince que quería poner. Las he colocado las primeras del listado, para que disfruten de ellas.

Influencias

Hace ya casi una semana que finalicé mis exámenes, y la verdad que ha sido muy productiva. Sin embargo, hoy querría hablarles de aquello que dejé colgado en mi última entrada: las influencias que me gustaría conseguir para Balada paelia.

Está claro que, cuando uno escribe, es inconscientemente influenciado por todo lo que constituye su ser; muy especialmente por todo aquello que ha leído. No me refiero, por supuesto, a las tramas y sucesos, sino al modo de escritura; la forma en que se desarrollan esas tramas y la cobertura que se les pone a esos sucesos. Pero otra cosa es hacer que lo que escribas se parezca a algo en concreto que tienes en mente (o al menos, que coja algo de su esencia).
En mi caso, tengo claro que cuando consiga terminar el libro, que ya ha cogido una buena marcha, leeré ciertas cosas que tengo pensadas. Y luego, tras cada una de ellas, repasaré lo escrito; o ciertos capítulos en concreto. De esa forma, al tener en la cabeza las estructuras y el estilo de esas obras, corregir ciertas frases dará como resultado un acercamiento a sus fuentes.
El listado de lecturas incluye la Ilíada y ciertas partes de la Odisea (las menos marítimas), para obtener el tono épico; El Señor de los Anillos, para añadir a la receta el sentimiento de sacrificio de los personajes y la sensación del 'gran viaje'; una novela cualquiera de Mundodisco, para ganar gracia en las salidas irónicas; Los tres mosqueteros, para ciertas escenas de combate; El capitán Alatriste, para reflejar el sabor de una época;...

Naturalmente, alguno puede acusarme de hacer trampas, de "meta-literatura" podríamos decir. Sin embargo, a la hora de dar forma definitiva a ciertos fragmentos, me he dado cuenta que mi estado de ánimo, incluyendo la última lectura realizada, influyen en lo que escribo. Así, lo único que hago es asegurarme de reflejar en cada ocasión lo que deseo de verdad. Mi estilo, se sobreentiende, no está variando en las sucesivas relecturas, porque todo esto ya se haya incluído en mi forma de hacer literatura.

Mis tres meses

Finalmente, hace unas horas me han confirmado que mi lesión de rodilla se debe al ligamento cruzado anterior, y, gracias al contrato que mi empresa tiene con la mutua, pasaré a operarme por lo privado. Eso significa que la cosa será más rápida (aunque, por supuesto, les diré que sea a partir del 15 de febrero, para poder terminar exámenes tranquilo). Antes de eso un chico de la mutua me ha comentado que la rehabilitación suele comenzarse tres o cuatro semanas tras la operación, y que suele durar dos o tres meses para algunos, o hasta seis meses para otros. Depende de las ganas.
Lo que querría resaltar de toda esta parrafada es que, incluso con los tiempos mínimos, una vez me operen seguiré de baja un cierto tiempo, que coincide con los tres meses que, tras finalizar mis vacaciones, dije que necesitaría para acabar la novela. ¿Es el destino? ¿Por fin mi karma empieza a devolverme lo que me debe?
Relacionando esto con la entrada anterior, miremos si es verdad eso de los tres meses. Esta es la estructura definitiva (bueno, de momento) de Balada paelia:
  • Un entremés, en una noche muy caldeada.
Primera parte: cómo sufrir una invasión, y comenzar un largo periplo.
  • Canto Primero: evasión en la oscuridad.
  • Canto Segundo: dos nuevos compañeros.
  • Primer Interludio: la capa raída.
  • Canto Tercero: un extraño venado.
  • Canto Cuarto: la Cábala del Exiliado.
  • Canto Quinto: la Frontera Estrellada.
  • Segundo Interludio: pasaje de balde.
Segunda parte: dónde viajar en busca de ayuda, y encontrar de ella necesidad.
  • Canto Sexto: el Consejo de los Siete.
  • Canto Séptimo: el Puño del Rey.
  • Canto Octavo: una nueva amenaza.
  • Tercer Interludio: legado de reyes.
  • Canto Noveno: la noche del quebranto.
  • Canto Décimo: la Defensa de Canalburgo.
  • Cae un telón esmeralda, pero el viaje no termina.
Como vemos, un total de quince episodios. De ellos están escritos cinco: el prólogo (9 páginas), los dos primeros episodios (10 y 8 páginas), y el primer y el tercer interludios (4 páginas entre los dos). Hablo por supuesto de páginas en el archivo .doc; calculo que deberé duplicar las cantidades para aproximarlas a un libro publicado. Eso harían un total de 70 páginas. Ahora bien, había calculado esos tres meses pensando que son unas trece semanas (una para cada episodio y tres más para corregir).
Eso dejaría la novela terminada en cuanto a lo que tiendo a llamar "escritura primaria". Pero faltarían muchos repasos, no tanto por pulir impurezas (que también), sino por absorber influencias. Eso lo dejaré para una próxima entrada. Lo que no puedo dejar pasar es que, si a partir de mediados de febrero le sumo tres meses, me planto a mediados de abril, y la siguiente convocatoria empieza a finales de mayo... de nuevo atrapado por las garras de los estudios, las lecturas obligatorias y los trabajos.
Empecemos pasito a pasito... mi siguiente examen de esta convocatoria.

Cambios en la estructura

En las últimas semanas, a pesar de estar preparando los exámenes (menos mal que sólo quedan quince días), mi pensamiento viajaba recurrentemente a Balada paelia. Confieso que había cometido la necedad de pensar que la estructura de la novela ya estaba completamente finalizada, y sólo era cuestión de escribir un capítulo tras otro.
Craso error.
Siempre he tenido claro que un editor iba a tener difícil decidirse a publicar mi trabajo: un mundo de fantasía como muchos, un estilo literario al que no todo el mundo puede acceder, y un proyecto que se extiende a millares de páginas. Entonces, ¿por qué no trato de ponérselo un pelín más fácil?
Naturalmente, la originalidad de Lüreon hay que encontrarla leyendo, pero eso es difícil de arreglar; y no pienso cambiar mi estilo, eso lo tengo claro. Así que pasamos al último punto: tendré que eliminar o al menos suavizar cualquier referencia clara a una "segunda parte", gracias a que esta primera abre una trama y la cierra.
En primer lugar, uno de los interludios presentaba al grupo de los Matadragones. Lo tendremos que dejar para una posible continuación. Pero entonces, ¿qué meto en su lugar? Porque la verdad, me gustaba la estructura en ternas de '2 capítulos + 1 interludio', con la primera parte formada con dos de ellas, y la segunda por tres. Pero entonces sólo me quedarían tres interludios, y la estructura '3 capítulos + 1 interludio' provocaría que la primera parte estuviera compuesta por una terna y un capítulo suelto. Naturalmente, tampoco encuentro lógico añadir o alargar la aparición de los personajes imperiales (Peristerio y Andëmitus) que protagonizan los interludios para añadir uno más. Ya veremos cómo me aclaro.
Por otro lado, el personaje de Surne (conocido en otro momento como Azusa, para los que conozcan la historia), desaparece hacia el final del primer capítulo, para no volver a aparecer hasta mucho después (cuarto libro, se supone). La verdad es que eso es imposible saberlo en este punto de la historia, y queda como un pegote. Así que he pensado en alargar su partida hasta el epílogo, que será el único punto donde pueda verse la posiblidad de una continuación (gracias a la presencia de Idriel, y su comentario sobre la Profecía Dracónica). De esta forma, un personaje femenino pasa a ser principal, lo que añade un punto de cara a una posible publicación.
Y bueno, ¿qué les parece?