Reseña: La serie de Geralt de Rivia (libros V a VIII)


Hace ya unos cuantos meses que, en la entrada correspondiente, reseñé las características generales de la llamada saga de Geralt, junto con algunos detalles de los primeros libros. Paso entonces, directamente, a continuar donde lo dejé.

Bautismo de fuego sigue los pasos de Geralt, mientras se recupera de sus heridas y viaja hacia el sur, en busca de Ciri. En su viaje, se le unirán diferentes personajes para acabar formando una suerte de banda de aventureros bastante extraña, que avanza esquivando como puede una guerra en la que ya ningún bando da cuartel. Por su parte, Ciri sigue sus andanzas con los Ratas. La novela, como libro de transición, no está mal. Quiero decir, el estilo del autor es característico y podría contar hasta el vuelo de una mosca y hacerlo interesante, pero no avanza en absoluto la trama central de la serie.

La Torre de la Golondrina se centra un poco más en Ciri. Retoma la estructura del relato-marco, ya que la joven le cuenta al viejo ermitaño Vysogota (quien la ha encontrado inconsciente y se ha ocupado de sus heridas) todo lo que le ha sucedido en los días anteriores. Y lo que le ha sucedido es que un siniestro personaje la persiguió, mató a sus amigos y la maltrató. Se trata de Leo Bonhart, un asesino tan bueno con la espada como para lograr una pequeña colección de colgantes de brujo (arrebatados a sus cadáveres, se entiende). El libro cuenta también con unas pocas escenas sueltas del viaje de Geralt (al que le tienden una emboscada, aunque ni siquiera tiene un objetivo claro o sabe dónde se encuentra Ciri) y una sola de Yennefer, que anda buscando al traidor Vilgefortz.

La Dama del Lago, que en la edición española se ha dividido en dos tomos, finaliza la serie. De nuevo, se trata de un relato-marco. Ciri, que tras llegar a la Torre de la Golondrina había pasado a otra dimensión, va saltando de lugar y de tiempo hasta alcanzar la fortaleza en la que Vilgefortz mantiene cautiva a Yennefer. La novela comienza in media res, cuando un tal Galahad encuentra a Ciri bañándose y la toma por la Dama del Lago. La joven le cuenta todo lo que le ha sucedido hasta llegar allí. Naturalmente, Geralt y los suyos también llegan al castillo (después de una larga estancia en el valle de Touissants), y los combates se suceden. Todo esto mientras en otro lugar ocurre la Batalla de Brena, durante la que podremos ver a muchos de los personajes secundarios de los libros anteriores, en lo que resulta una excelente manera de ir cerrando tramas. Cuando ya llega el final, Sapkowski logra que al lector le quede un buen recuerdo de la historia, aunque a algunos le puede resultar trágica. {AVISO DE SPOILER Hasta el apuntador, ¿me entienden? FIN DE SPOILER}. La edición española incluye Algo termina, algo comienza, un relato del que hablaremos enseguida.

He leído en un par de lugares que el autor ha preparado otro tomo, que estaría listo para inicios del año que viene. Pero no me quedó claro el nombre exacto ni el lugar dentro de la serie: hace tiempo leí que sería entre los libros cinco y seis, y mientras preparaba esta entrada he visto que en otro sitio decían que iría antes de toda la historia. En cualquier caso, para completar lo de hoy les traigo otro libro más.

Camino sin retorno contiene nueve relatos aparecidos en diferentes revistas. Pero no todos son de fantasía estrictamente (hay de terror y de ciencia-ficción) y alguno no lo es en absoluto. Todos ellos van precedidos de una introducción del propio autor sobre las condiciones en que se escribieron. Sobre la saga de Geralt (esta vez digo saga, con un buen motivo) aparecen dos. El que da nombre al tomo, Camino sin retorno, trata del encuentro entre la madre de Geralt y el que, por ventura, sería su padre. La trama se centra en realidad en la eliminación de un monstruo, así que está muy relacionado con los primeros relatos de Geralt. Por su parte, el otro es Algo termina, algo comienza, y habla de la boda de Geralt y Yennefer. No se trata de un final alternativo para la serie, sino de un relato de lo que pudo ser. Fue escrito cuando la serie de novelas no eran más que una serie de ideas enlazadas en la mente del autor, y me parece digno de mención el hecho de que en el final de La Dama del Lago se le dé cierta explicación, cuando Ciri le cuenta a Galahad que Geralt y Yennefer se casaron (y debemos entender que dejó sin contar la verdad, es decir, la versión que aparece allí). Parecida técnica usó Tolkien en El hobbit, cuando Bilbo les da una versión a los enanos sobre su encuentro con Gollum y, luego (en la segunda edición del libro) aparece una versión auténtica -Bilbo habría mentido a sus compañeros- que cuadra mejor con el carácter del Anillo según aparece en El Señor de los Anillos. Lo que sí que no entiendo es por qué este relato aparece aquí y al final de La Dama del Lago.

Y por último, unas conclusiones. Ya quedó claro en la primera parte de la entrada que el estilo de Sapkowski me parece sensacional, y que diversos factores de su obra contribuyen a un éxito bien merecido. También hablé allí del buen hacer presentado en las ediciones españolas, cuya traducción corre a cuenta de José María Faraldo. No volveré a ello, muy al contrario.

Conforme avanzaba en la narración, me di cuenta de que estaba siendo algo extendida. Quiero decir (y no me malentiendan, cada libro es una joya y una lectura placentera) que la historia de Geralt, Yennefer y Ciri, si se da un paso atrás y se mira con cierta perspectiva, parece dilatarse a lo largo de demasiadas páginas. Ciertos personajes adquieren en ciertos puntos de la trama una importancia inmerecida, sobre todo cuando posteriormente sus acciones han modificado más bien poco la historia. Por otra parte, la edición española parece ir aumentando sus pequeños errores conforme avanzan los libros. Se multiplican las veces en que se escapa un 'la + sustantivo en masculino' o viceversa (no tengo ni idea de polaco, pero lo achaco a la traducción), u otros fallos igualmente subsanables con una lectura rápida. La sensación que me provoca es que le ha faltado una última revisión a los dos o tres tomos finales (coincide, además, que en los dos libros que corresponden a La Dama del Lago al traductor habitual le acompañan otros dos nombres).

De cualquier forma, y ahora ya sí como conclusión, los libros de Geralt conforman una serie magnífica, épica, repleta de aventuras, dolor, amor, vida y muerte, y todo ello con unas estructuras que se salen del conocido esquema 'introducción-nudo-desenlace', y retratado con un estilo ágil, áspero en ocasiones, fluido en otras, que se sabe adaptar a las circunstancias. Si no lo han leído, no se a qué esperan.

Un vistazo a Greyhawk: El regreso de los Ocho


Hemos seguido el reinicio de la campaña de Falcongrís de la mano de Wizards of the Coast de forma inversa: Empieza la aventura, el que podría ser el manual para el master, fue el tercero en discordia; antes de ello estuvo la Guía del Jugador; pero lo primero de todo fue una aventura, El regreso de los ocho.

Todo ello fue publicado en el mismo año, 1998, y por el mismo equipo, así que en los títulos de crédito de esta aventura se reconocen varios nombres: Roger E. Moore como diseñador, Sam Wood para la cartografía, Tony Szczudlo para la colorida portada, etc.


El libro cuenta con 64 páginas, y se presenta con esa doble columna de diferente ancho que puede verse en los otros productos de la línea. La portada esta vez no puede separarse del libreto, pero su interior se ha usado para mostrar los planos de la torre de Jallarzi, uno de los lugares que explorarán los PJ involucrados en la aventura.


Las dos páginas de la introducción incluyen un rápido resumen de la aventura y el trasfondo histórico en que se desarrolla: en el Año Común 586, el famoso Círculo de los Ocho se ha convertido en el Círculo de los Cinco, debido a las muertes de dos de sus miembros en el acto traicionero de otro de ellos. Precisamente por todo esto, la aventura se publicó antes que Empieza la aventura y la Guía del Jugador: presenta los hechos inmediatamente posteriores a los últimos suplementos y aventuras de la línea anterior. Es una suerte de preparación o paso previo para lo que contienen los otros libros.


La mayor parte del libro se compone de tres actos. Las 16 páginas del Acto Primero se encargan de hacer coincidir al grupo y a un par de PNJ importantes, que luego necesitarán su ayuda en la torre de Jallarzi (miembro del Círculo), que está siendo atacada. Todo esto se desarrolla en la propia ciudad de Falcongrís, pero las 28 páginas del Acto Segundo trasladan la acción al Torreón de Tenser (uno de los magos del Círculo fallecidos). Las 7 páginas del Acto Tercero, las más exóticas, llevan a los PJ a Luna, el satélite de Terra, para un combate final.

Por último, la aventura cuenta con dos apéndices que suman diez páginas: descripciones y trasfondo de varios PNJ, y nuevos objetos mágicos.


En mi opinión, el mayor fallo de la aventura está formado por los «saltos» de un acto al siguiente. Literalmente, se producen mediante umbrales de teletransporte, así que la sensación que deja al leerla es la de diseño modular, estilo videojuego. Lo mismo sucede con el gancho: PUM, os cae en la cabeza la dragona feérica de la maga que acabáis de conocer.

Por su parte, la trama está bastante bien, y puede lograr que los jugadores queden enredados en los peligros que acechan a Mordenkainen y los suyos. Aunque también es cierto que muchas veces se presupone cierto conocimiento del mundo de Falcongrís, así que por mi parte nunca dirigiría esto a jugadores desconocedores de la ambientación (pues se perderían mucho jugo).

Por lo que respecta a la aventura en sí, es de agradecer que el dungeon bajo el torreón de Tenser no sea demasiado extenso, y las habitaciones que presentan combates directos son relativamente escasas. Aunque la aventura mejoraría con algún enigma o misterio, por ventura sirviendo como transición entre actos.

Sea como fuere, no es mala aventura, y con pequeños cambios puede convertirse en algo memorable, incluso como broche final de una campaña.

eSdlA, peli vs libro, III-5: El Caballero Blanco


Quinto capítulo de Las Dos Torres, que retoma la trama de los Tres Cazadores, aparcada durante los dos episodios previos.

En el libro:

Aragorn, Gimli y Legolas despiertan a la mañana siguiente de su encuentro con la figura vestida de blanco, al borde del bosque de Fangorn. Aragorn continúa su rastreo de la zona, logrando desentrañar con buenas mañas lo sucedido a sus amigos, incluyendo las razones de los orcos para capturarlos y conducirlos hacia Isengard. Deciden continuar las escasas huellas, a pesar de que ello los conduce hacia el interior del bosque. «Es viejo, muy viejo -dijo el elfo-. Tan viejo que casi me siento joven otra vez, como no he vuelto a sentirme desde que viajo con niños como vosotros. Viejo y poblado de recuerdos. Yo podría haber sido feliz aquí, si hubiera venido en días de paz». Gimli pierde entonces su aprensión: «A donde tú vayas, yo también iré. Pero ten el arco bien dispuesto y yo llevaré el hacha suelta en el cinturón. No para usarla contra los árboles -dijo deprisa, alzando los ojos al árbol que se erguía sobre ellos-. No me gustaría tropezarme de improviso con ese hombre viejo sin un argumento en la mano».

Los viajeros alcanzan el hogar de Bárbol, y ascienden para mirar los alrededores. Así es como los alcanza una figura encapuchada, que creen que corresponde a Saruman. Preparados para la lucha, el mago les ordena abandonar las armas y los inmoviliza. Se acerca sin miedo, aunque sin mostrar el rostro, y los interroga sobre su viaje, informándoles de que sabe que los dos hobbits que persiguen están sanos y a salvo. Cuando se sienta en una roca, para charlar con tranquilidad, el sortilegio se rompe y los tres compañeros se lanzan al ataque. Sin embargo, son detenidos de nuevo por la magia de Gandalf, pues no es sino él con quien se han encontrado. «En verdad soy Saruman, podría decirse. Saruman como él tendría que haber sido».

Gandalf les cuenta algunas cosas, aunque no hace un relato de sus andanzas y, siguiendo su costumbre, no da más detalles de los necesarios. Habla sobre la guerra iniciada por Sauron (quien tiene miedo de que el Anillo sea usado por Minas Tirith, y por tanto ha decidido dar el primer golpe), del regreso de los Nazgûl montados esta vez en bestias aladas, de la doble traición de Isengard (pues Saruman desea el Anillo para sí) y de Bárbol y los ents. «He pronunciado palabras de esperanza. Pero sólo de esperanza. La esperanza no es la victoria». Ante el acoso de sus amigos, resume el enfrentamiento con el balrog y su recuperación en Caras Galadon, aprovechando para transmitirles algunos mensajes proféticos de la Dama (referidos al paso por los Senderos de los Muertos y al viaje final atravesando el mar, aunque de todo ello el lector nada sabe todavía).

Decididos a acudir junto al rey Théoden, a quien amenaza la guerra con Isengard, los cuatro amigos regresan al campamento, donde todavía no hay rastro de los caballos. El mago lanza tres largos silbidos, y aparece Sombragrís dirigiendo a los otros dos caballos, que habían huido la noche anterior ante la aparición fantasmal. Pronto se lanzan a galopar hacia Meduseld. Al atardecer, el horizonte se tiñe de rojo y se ve una gran humareda. «¡La batalla y la guerra!».


En la peli:

La escena principal que adapta este capítulo se llama exactamente igual: El Caballero Blanco. La escena, ampliada ligeramente en la versión extendida, sigue prácticamente sin cambios la novela (salvo que allí el que quería atacar al anciano sin dejarle hablar es Gimli, y en la adaptación Aragorn ha abandonado la cautela del original). Muchos diálogos aparecen tal y como pueden leerse, lo cual se agradece.

En medio de la escena, aparecen unas imágenes analépticas del combate que Gandalf y el balrog mantuvieron en lo alto de la Escalera Interminable, en la cima del Celebdil. Junto a la escena que hace de prólogo a la película, Los Cimientos de Piedra (donde puede verse la caída de ambos contendientes hasta llegar a las Profundidades Insondables), este flashback es igual al contenido en el libro.

Por último, el diálogo entre Gandalf y Aragorn que aparece en la escena El heredero de Númenor (añadida en la versión extendida) proporciona la misma información que el Gandalf del libro, cuando éste habla de la guerra de Sauron y la traición de Isengard. Son precisamente estas razones las que, en la novela, llevan a los personajes hacia Edoras, aunque aquí aparecen cuando ya la decisión está tomada. Y ya por ponernos quejicosos, diremos que Gimli monta junto a Gandalf, y aún así Sombragrís debe refrenarse para que Arod y Hasufel puedan seguir su ritmo.

De cualquier forma, un capítulo muy bien adaptado, que recuerda el buen hacer de La Comunidad del Anillo.


En la próxima ocasión sabremos quién es El rey del Castillo de Oro.

Diario de campaña 156-157: la Destral de los Arbakos


Un par de partidas veraniegas, con buena asistencia de jugadores. Con estas dos sesiones, finiquité de forma rápida los tomos finales de la campaña El enemigo interior: El Imperio en llamas y Algo huele a podrido en Kislev. Ya les contaré en otro momento las razones que me llevaron a recortar y unir estas dos aventuras.

Durante la sesión anterior, el gobernante de Kveldulf había sido asesinado, y las Garras del Fénix decidieron buscar a un viejo ermitaño al que el grupo había encontrado vociferando sus profecías, entre las que se incluía la muerte del Rey Zorro. Además, un miembro del grupo había soñado con un oso blanco corriendo por el bosque con algo brillante sobre su testa, y con los nuevos sucesos cayó en la cuenta de lo que eso significaba: el siguiente gobernante pertenecería al desaparecido clan del Oso.

Pero el ermitaño había sido detenido y expulsado de la ciudad, así que los aventureros hubieron de ir a buscarlo por los alrededores de su cabaña, para lo cual tuvieron que granjearse la amistad de un espíritu del bosque, amigo y protector del ermitaño. Éste les contó que había encontrado la profecía en una vieja capilla duerga, perdida en las montañas, y allá que se fueron.

Después de un combate para ganar el paso al interior (durante el que murió el viejo ermitaño), una ardua exploración, y algo de conocimientos de Lo pasado, las Garras del Fénix encontraron las pistas suficientes como para entender que debían encontrar la Destral de Arëbako, el primer caudillo de los kvelditas, en su tumba bajo las ruinas de la ciudad de Belësaron.

Ruinas ocupadas por unos extraños mórtidos que actuaban como si la ciudad siguiera existiendo, a pesar de que rodeando la muralla había un ejército de albos, asediados a su vez por los fieros guerreros del clan de la Orca. El grupo de aventureros decidió saltarse a la torera los dos cercos, y con el Fénix, el barco volador, acudieron directamente al torreón de la abandonada ciudad.

Un corto combate con los mórtidos y una amistosa, aunque algo tensa, charla con el nigromante que los había alzado los condujo a un corto subterráneo repleto de trampas. Finalmente, el espíritu del propio Arëbako se les presentó junto a su sarcófago, para indicarles que su sucesor sería encontrado entre el clan de la Liebre.

Los jugadores pensaron enseguida que sería un superviviente del clan del Oso, adoptado desde niño tras la destrucción de su familia y hogar. Así que se dirigieron hacia los campamentos madereros de la Liebre. Pero eso ya será en una próxima partida.

Camino de Sagunto a Santiago: Etapa 1


Pues no, no me ha dado por hacer ahora O Camiño. Simplemente es que descubrí hace un tiempo la ruta, poco usada, que lleva hasta Santiago pasando por Burgos. Y la pasada primavera pensé que podría hacer algunas de las etapas cercanas a Sagunto. Pero no una a continuación de la otra, sino con varios días entre ellas: echar la bici al coche, desplazarme hasta uno de los puntos finales de ruta, hacer la etapa y volver por otro camino diferente para hacer una ruta circular, y de nuevo a casa en coche.

Al final todo quedó en agua de borrajas. Se me echó el buen tiempo encima (me refiero al calor) y comencé, afortunadamente, a trabajar. Había mantenido en espera las fotos que hoy les traigo, con la esperanza de retomar estas rutas en otoño. Tiempo al tiempo...

De momento, la primera etapa. Les dejo un plano que he hecho yo mismo con la ayuda de San Google de los Mapas. He señalado algunos puntos que comento más abajo.


1. Como había estado haciendo algunos recados durante la mañana, mi ruta comenzó, bastante tarde, en las proximidades de Canet. Tomé las primeras fotos junto a su puerto deportivo, en esta tranquila playa por la que suelen hacer su entrada al mar las lanchas. La otra imagen corresponde a la desembocadura en aluvión del Palancia, río que nos acompañará a lo largo de la ruta.



2. Inicio verdadero del Camino. Un millar de kilómetros nos separan de Santiago. A los pies del cartel encontramos la primera flechita amarilla. Todo esto, en uno de los chaflanes de una rotonda bastante reconocible.




3. Cutrepanorámica de la ruta. Muy fea en este punto, pues circulamos en paralelo al vial internúcleos que une Sagunto y el Puerto de Sagunto, pero al menos pueden verse las montañas enmarcando la población. Es un tramo muy transitado por ciclistas, corredores y patinadores.


4. Circulamos ya por Sagunto, en paralelo al río. Junto a un puente encontramos el segundo cartel de la ruta. Las vistas desde allí (debemos fijarnos en el horizonte, y olvidarnos del asfalto, de los vehículos y de las altas viviendas) incluyen los siguientes hitos de nuestro camino: de izquierda a derecha, el Monte de Ponera, la ermita de San Cristóbal y el extremo más alejado de los montes de Romeu.



5. Dejando a la derecha la pasarela peatonal llegamos a un nuevo puente, donde la flechita que señala derecha ha sido tachada, y dibujada una nueva indicando que debemos seguir adelante. Seguir una u otra dependerá, a mi entender, de cómo estamos viajando. Si circulamos en bici es mejor tomar la derecha, siguiendo las indicaciones originales de quien planeó la ruta (ya hablaremos de ello otro día). Ahora bien, es cierto que por ahí hay unos cuantos kilómetros que se realizan sin aceras, con tráfico rodando por asfalto, y tal vez, si vamos a pie, es mejor continuar recto y, contando con un buen mapa (porque quien fuera el que pintó esas nuevas señales, no fue tan trabajador más adelante), seguir hacia Petrés y continuar en paralelo al río.


Nosotros seguimos el puente, en dirección a la ermita de San Cristóbal, cuyo color blanco es bien visible en la cima de la verde colina. La ruta que aparece en azul en el mapa nos lleva hasta un puente que pasa sobre la A7 un poco más al norte. En rojo he marcado una pequeña carretera que nos lleva a un túnel bajo la misma autovía. Lo malo es que el corto trecho es ahora de una sóla dirección, así que tendremos que cruzar con cuidado o dar una pequeña vuelta.


6. La propia ermita queda a la izquierda de nuestro camino si seguimos esta última opción. No es difícil, si así lo deseamos, ascender y disfrutar de las vistas desde allí. Por ventura, acompañando la visita de un buen almuerzo.


7. Tras pasar el túnel (o un par de kilómetros al sur del puente si hemos ido por ahí) nos topamos con el Camino Viejo de Teruel, una vía agrícola demasiado bien asfaltada. Digo demasiado bien porque ningún vehículo respeta la prohibición de 40 Km/h bajo la que se encuentra el camino. En cualquier caso, el trafico no es muy intenso (salvo en las horas de entrada y salida del cercano colegio) y nunca he tenido problemas.


8. La carretera asciende y desciende suavemente, y el único punto un pelín más duro es la cuesta donde el camino debe salvar la Peña Negra, punto donde se acumulan muchos de los chalets de la zona.


9. Pasada esta cuesta, mediada una pendiente en descenso, nos encontramos a la izquierda una pequeña salida que nos ahorrará parte del trayecto. Es una larga cuesta, muy recta, que nos lleva casi hasta el puente sobre el Palancia. La he marcado en rojo en el mapa.


10. Sin embargo, por esa ruta las vistas no son tan impresionantes como las que encontraremos si seguimos por el Camino Viejo de Teruel. En la siguiente imagen puede ya verse el castillo de Torres Torres. En otros puntos de la ruta tendremos una panorámica del valle del Palancia.


11. El Camino Viejo de Teruel desemboca en la CV-320, la carretera que une Quart y el resto de las población del Valle de Segó con Torres Torres, meta de esta etapa.


12. Poco después llegamos al puente que pasa sobre el Palancia. En su cauce, una pequeña estructura, restos de un viejo puente, probablemente de época morisca. Al fondo, las estribaciones de la Sierra Calderona, dominadas por el imponente Garbí.



13. Las marcas amarillas nos desvían de la carretera principal para llevarnos por un rodeo que tiene la ventaja de ofrecernos una buena imagen de Torres Torres, así como de Alfara y Algimia, lugares que visitaremos al comienzo de la siguiente etapa.




14. Ya en Torres Torres, podremos visitar diversos lugares muy interesantes, como los baños árabes o la iglesia, a cuyos pies encontraremos otro cartel del Camino y, también, de la Ruta del Cid. También podemos subir al castillo, desde donde disfrutaremos de una vista privilegiada. Y fin de ruta.




eSdlA, peli vs libro, III-4: Bárbol


Recuperado el ritmo irregular de entradas en nuestro mentidero (esperemos que dure), vuelvo con la comparativa entre El Señor de los Anillos y su adaptación cinematográfica. En el último episodio, hace casi dos meses, habíamos dejado a Merry y Pippin al borde del bosque de Fangorn.

En el libro:

Los dos hobbits se internan en la espesura siguiendo el curso del Entaguas. Después de caminar durante algunas horas, otean desde una elevación del terreno. Allí les sorprende una criatura «extraordinaria. La figura era la de un hombre corpulento, casi de trol, de por lo menos catorce pies de altura (...). Era difícil saber si estaba vestido con una materia que parecía una corteza gris y verde, o si esto era la piel. (...) De la parte inferior de la larga cara colgaba una barba gris, abundante, casi ramosa en las raíces, delgada y mohosa en las puntas. Pero en ese momento los hobbits no miraron otra cosa que los ojos. Aquellos ojos profundos los examinaron ahora, lentos y solemnes, pero muy penetrantes. Eran de color castaño, atravesados por una luz verde. (...) Uno hubiera dicho que había un pozo enorme detrás de los ojos, colmado de siglos de recuerdos y con una larga, lenta y sólida reflexión; pero en la superficie centelleaba el presente: como el sol que centellea en las hojas exteriores de un árbol enorme, o sobre las ondulaciones de un lago muy profundo».

La criatura, ante las preguntas de Pippin, se presenta como Bárbol y dice ser un ent. Pero tiene interés en saber qué tipo de criaturas son ellos dos, ya que no recuerda ninguna raza o especie parecida. Los hobbits, a su vez, quieren saber de qué lado está y si va a hacerles algo. Bárbol no entiende nada de lados, y les propone conducirlos a una de sus casas en el bosque. De camino, les cuenta que los ents son pastores de árboles, y que todavía hay zonas en Fangorn donde la Oscuridad de los primeros días no pudo ser eliminada. Ya en la Sala del Manantial, el lugar al que los conducía, les invita a beber de un agua vigorizante, y los hobbits le cuentan su historia.

Bárbol, que se muestra interesado en todo lo que se refería a Gandalf, aún lo está más en lo que hace Saruman: «Está planeando convertirse en un Poder. Tiene una mente de metal y ruedas y no le preocupan las cosas que crecen, excepto cuando puede utilizarlas en el momento. (...)  Peor que eso: ha estado haciéndoles algo a esos orcos, algo peligroso. Pues esos isengardos se parecen sobre todo a hombres de mala entraña. (...) ¿Son hombres que Saruman ha arruinado, o ha mezclado las razas de los hombres y los orcos. ¡Qué negra perversidad!». Bárbol se lamenta de que sean tan pocos: no han nacido entandos porque las ents-mujeres partieron al otro lado del Río Grande, y con el tiempo sus jardines fueron devastados. Luego entona una de las canciones que los elfos de antaño compusieron sobre su búsqueda.

A la mañana siguiente, los tres parten hacia el Valle Emboscado, donde se celebrará un Consejo o Cámara de Ents. Mientras deliberan, Merry y Pippin caminan por los alrededores, hablando de Isengard y de sus impresiones sobre los ents. Poco después, Bárbol les presenta a uno de los suyos. Se trata de Bregalad, o Ramaviva, un joven ent que ya se ha decidido, y que les ofrece a los hobbits su casa como refugio durante la noche. En su barranca pasan esa noche y el día siguiente, hasta que las voces de los ents enmudecen, y parten todos juntos en una marcha guerrera. Mas no marchan sólo los ents: el bosque entero de Fangorn se movía. «La noche se extiende sobre Isengard -dijo Bárbol».


En la peli:

El presente capítulo se encuentra roto en pedazos y diseminado a lo largo de la película, con la intención de que los dos hobbits salgan un poco más en escena, pues los momentos importantes de Merry y Pippin en la novela no se alcanzan hasta la tercera parte.

En Pastor de árboles, el ent salva a los hobbits de su perseguidor (que en el capítulo precedente de la novela acababa empalado por una lanza rohirrim). Parecidas razones se intercambian entre los personajes, aunque aquí Bárbol parece más agresivo y «precipitado». La canción de las Ent-mujeres es un añadido de la versión extendida, en la que Bárbol aburre a los hobbits entonando un canto. Lo que puede oírse en la película corresponde más o menos (supongo que en la versión original estará clavado) a la primera estrofa de la misma canción del libro, sólo que aquí Bárbol dice que la compuso él mismo. Además, será más tarde cuando les cuente el asunto de la pérdida de las ents-mujeres, así que la posición de esta escena no creo que sea correcta.

La escena Conclav-Ent, además de tener un nombre muy poco adecuado, es un añadido de la película. O, mejor dicho, una adaptación de algo que sucedía en La Comunidad del Anillo: Tom Bombadil liberaba a los cuatro hobbits de las raíces y tronco del Hombre-Sauce. Aquí Bárbol hace ese papel, con palabras calcadas a las de Bombadil: «Come tierra. Cava hondo. Bebe tierra. Ve a dormir». Por si fuera poco, en el momento precedente al ataque del árbol, los hobbits están discutiendo por el líquido del que beben, pues han descubierto que les hace crecer. Algo de lo que en el libro sólo se enterarán cuando se reencuentren con sus amigos.

Mucho más adelante, pasados dos tercios de película, nos encontramos con Ent-cuentro, la escena que muestra la reunión de los pastores de árboles (sólo la llegada). La resolución aparece en La asamblea ent decide. Y aquí llega el otro punto extraño de este capítulo: los ents deciden no intervenir en la guerra. Esto parece preparado para, de nuevo, darle un poco más de protagonismo a los hobbits: Merry le dice a Pippin que no habrá Comarca, ni tendrán lugar donde refugiarse. Poco más adelante, en El plan de maese Peregrin, el hobbit le dice a Bárbol que no les lleve al norte, sino al sur. Su intención es que Bárbol vea el destrozo que Saruman ha hecho en la linde de Fangorn, cosa que sucede en La última marcha de los Ents, cuando Bárbol llama a los ents para que avancen sobre Isengard. Y aquí mis dudas: a) ¿Cómo sabía Peregrin que encontrarían el bosque destrozado? ¿Acaso lo ha hablado con Gandalf, en ese encuentro que no llega a verse en cámara? ¿Por qué, entonces, no se lo ha dicho Gandalf a Bárbol? Y eso lleva a: b) ¿Por qué no lo sabía Bárbol? Es una actitud totalmente contraria a la del libro. Y por último, c) ¿Estaban los ents siguiendo a Bárbol para asegurarse de que expulsara a los hobbits? Si no fuera así, no entiendo cómo son capaces de llegar tan rápido hasta él.

En cualquier caso, estoy de acuerdo con que hayan diseminado las escenas de este capítulo para alternan las líneas argumentales. Eso está bien porque añade variedad, pero también es cierto que la trama de la película, con tanto corte y tantas marchas de un lado a otro, queda un poco tocada. Por otro lado, con respecto a los dos cambios, me gustaría saber por qué tocan algo que ya estaba bien.


El próximo día comprobaremos quién es El Caballero Blanco.