Reseña: serie de Terramar


Innecesario, o eso creo, es presentar a Ursula Kroeber Le Guin, ganadora de varios Hugo y Nebula por sus obras de fantasía y ciencia ficción. Algunos de sus relatos más conocidos son los que componen el ciclo de Terramar.

Se trata de una ambientación específica: un mundo compuesto por islas más o menos cercanas unas a otras, y donde la magia y sus usuarios tienen una importancia capital. Los protagonistas de las historias son casi todos magos, brujas o hechiceros, y uno de los lugares que aparece en todas ellas es la isla de Roke, donde se encuentra la escuela de magos. Sin embargo, no son libros sobre grandes duelos y lanzamiento de bolas de fuego, sino sobre problemas que afectan a la vida y a la muerte, o a la forma de pensar de la población. Y estos problemas no se resuelven con una gran batalla, sino con una decisión, que resuelve un conflicto interno del protagonista, relacionado de alguna manera con el del mundo exterior. Se trata de una constante en las obras de Le Guin: el estudio psicológico de un individuo, extrapolado al de toda la humanidad.

Al parecer, el germen para la primera obra de la serie se encuentra en dos pequeños relatos que, aunque escritos anteriormente, fueron publicados en 1975 en la recopilación titulada Las doce moradas del viento, que apareció en el 2001 en español.

Un mago de Terramar, la primera novela, fue publicada en 1968 (en 1986 en español). El comienzo podríamos decir que ya se ha convertido en algo prototípico: un joven con un poder especial que debe ser adiestrado. Sin embargo, el orgullo de Ged le llevarán mucho más allá de lo recomendable, cuando una sombra invocada por él mismo ponga en peligro su vida y la del mundo entero. En esta obra asistimos ya a lo que se repetirá en novelas sucesivas: la rusticidad de la isla de Gont, la importancia de Roke, el viaje por diferentes islas, y el combate psicológico contra un enemigo que no es lo que parece.

Las tumbas de Atuan, de 1971 (en español, 1987), se centra esta vez en Arha (luego Tenar), una niña nombrada gran sacerdotisa del Lugar de las Tumbas, y controlada por las mujeres adultas del lugar. Sin embargo, la llegada de un extranjero (que no es sino Ged, el protagonista de la primera obra, pero algo más adelante en su vida), pondrá en peligro los cimientos de su mundo.

La costa más lejana, del año 1972 (1988 en español), comienza con Arren (luego Lebannen), el príncipe de Enlad, llegando a Roke para pedir consejo sobre una enfermedad o plaga que está causando la pérdida del poder mágico. Junto al Archimago (de nuevo, Ged), recorrerán diversas islas hasta descubrir que el problema surge de Araña, un mago que no aceptó su propia muerte, y ha abierto una brecha entre el mundo de los vivos y el de los muertos.

Tras esta trilogía, para el siguiente libro habrían de pasar casi veinte años. Tehanu, publicado en 1990 (al año siguiente en español), vuelve a centrarse en Tenar, que ahora es viuda de un granjero de Gont. Tenar se hace cargo de la joven Therru, cuyas graves quemaduras afectarán por siempre su vida. En cierto momento aparece Ged, justo tras los hechos narrados en la novela anterior, y juntos, los tres, deberán aprender a convivir. El conflicto en este caso es mucho menor, y casi parece un añadido posterior (no sé si a instancias de los editores), porque únicamente quitando una escena hacia la mitad del libro y la del final, la obra queda exactamente igual. Se trata de una novela más lenta, con viajes escasos, y centrada en problemas personales, como por qué las mujeres no pueden ser magos, o qué hace el héroe cuando finaliza su gesta.

Si Tehanu llevaba por subtítulo El último libro de Terramar, éste tuvo que ser eliminado con la publicación de Cuentos de Terramar en 1999 (2002 en español). Contiene cinco relatos de diferente extensión, además de un prefacio de la autora (en el que nos habla del sentido del libro y de su percepción de la literatura fantástica) y de Una descripción de Terramar (en la que resume los principales hechos históricos y da algunas nociones sobre las gentes y las lenguas del mundo). Están situados en diferentes momentos históricos de Terramar, pero según Le Guin resultan más provechosos si se leen después de las cuatro primeras novelas. La propia autora nos dice que «El descubridor tiene lugar alrededor de trescientos años antes de la época de las novelas, en un tiempo oscuro y turbulento; la historia revela cómo se originaron algunas de las costumbres y de las instituciones del Archipiélago. Los huesos de la Tierra trata sobre los magos que le enseñaron al mago que primero le enseñó a Ged, y demuestra que se necesita más de un mago para detener un terremoto. Rosaoscura y Diamante podría tener lugar en cualquier época durante los últimos doscientos años en Terramar; después de todo, una historia de amor puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar. En el Gran Pantano es una historia que sucedió en los breves pero movidos seis años durante los cuales Ged fue Archimago de Terramar. Y la última historia, Dragónvolador, que tiene lugar algunos años después del final de Tehanu, es el puente entre este libro y el próximo: En el otro viento». Estos relatos no están incluidos en la recopilación titulada Historias de Terramar, que sólo contiene las cinco novelas.

Por último, En el otro viento fue publicada en el 2001. La historia se sitúa quince años después de Tehanu, y sitúa al hechicero Aliso visitando a Ged, a instancias de los magos de Roke, para que le aconseje sobre sus extraños sueños, en los que los muertos piden ser liberados. Aliso debe acudir a la corte de Lebannen, donde se encontrará con Tenar y Tehanu, y juntos irán de nuevo a Roke. Además de cerrar su propia trama y finalizar la historia de Ged y Tenar, la obra cierra otras tramas que eran parte del escenario, como los problemas con los dragones y los bárbaros kargos.

Las obras de Terramar han sido llevadas al cine en La leyenda de Terramar, que adapta las dos primeras obras. El trabajo no está mal, ya que entrelaza las diversas partes de forma bastante coherente, pero los cambios llevados a cabo no agradaron en exceso a Le Guin. También existe el anime Cuentos de Terramar, basado muy ligeramente en las novelas tercera y cuarta; tan ligeramente que la autora dijo «No es mi libro. Es tu película. Es una buena película».

1 comentario:

  1. Con las prisas para publicar la entrada esta mañana, me he olvidado de comentar una cosilla con respecto a la traducción: la mala coordinación de una obra a otra. Es decir, las traducciones no son malas tomadas de forma individual (bueno, poner "dragonfly" {libélula} como "Dragónvolador" manda narices, pero un fallo es disculpable).
    Sin embargo, debería haber existido una persona que, al revisarlas, se diera cuenta de ciertas incongruencias, como por ejemplo traducir todos los nombres al castellano o sólo algunos. Así, dejar "Woodedge" tal cual no tendría mayor importancia, sino fuera porque luego aparece en una frase como "Woodedge pasó a ser conocido como Escondite de Nutria".

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