Reseña: Compañeros de la Dragonlance (1-3)


Una larga serie de seis libros se ocupa de los años previos a la Guerra de la Lanza de Krynn, centrándose en cómo se conocieron los que luego serían llamados los Compañeros de la Lanza. A esto hace referencia su título original, Dragonlance Meetings.

Como serie, uno de sus puntos flacos es que cada libro es de su padre y de su madre. Quiero decir, que están escritos por diferentes autores (un par de ellas repiten), que además resultan ser de segunda o tercera fila, al menos en esta ambientación. Por supuesto, las diferencias de estilo son inapreciables en la traducción (ya que la misma traductora se ocupa de casi todos, o todos -en uno de ellos el traductor no aparece acreditado-), pero otras divergencias son obvias: la estructura narrativa, la longitud y disposición de los capítulos, el tipo de tramas y enfrentamientos, y algunas actitudes de los mismos personajes varían entre los diferentes libros.

Por otro lado, ninguno de los libros nos ofrece una historia apasionante o épica, limitándose a que los personajes se unan para resolver pequeños problemas. Aún así, algunos resultan entretenidos y ofrecen una lectura rápida; otros son más aburridos y repetitivos.

Hoy les traigo los tres primeros de la serie, dejando los restantes para una próxima entrada.

Qualinost, cuyo título original es Kindred Spirits, nos presenta a Tanis el Semielfo y a Flint Fireforge. Sus autores, Mark Anthony y Ellen Porath, han sabido crear una buena novela que se mueve a dos velocidades. Al comienzo la historia se centra en el ya maduro Flint, un enano de las colinas que se ha convertido en un artesano tan detallista que es llamado a Qualinost para crear en esta ciudad algunas de sus obras. Allí vivirá algún tiempo, pero pronto comenzará a realizar viajes entre esta ciudad y su querida Solace, por lo que la historia de la novela va avanzando al ritmo marcado por las estaciones, y los años se suceden con rapidez. Mientras tanto, el jovencito semielfo, Tanis, ha ido creciendo junto a sus estirados primos, pero su especial personalidad ha llamado la atención de Flint. Así que para cuando Tanis, algo más maduro, es acusado de asesinato, el enano no duda en ayudarlo a demostrar su inocencia. En este punto, la narración va poco a poco acelerándose, hasta dejar un muy buen sabor de boca. No es un libro perfecto, pero sus tres centenares y medio de páginas resultan bastante divertidas.

El incorregible Tas, llamado en origen Wanderlust, une al famoso kender, Tasslehoff Burrfoot, a los dos personajes previos. Durante la feria, en Solace, una extraña ha solicitado que Flint realice para ella un brazalete, siguiendo una «receta» muy específica, mas el preciado objeto desaparece en manos de un kender. Así que Flint y su amigo Tanis, acompañados de la mujer (que resultará ser una elfa acuática), comienzan la persecución. Pero, una vez reunidos con el kender, descubrirán que éste ya no tiene el brazalete, así que deberán continuar su viaje y enfrentarse a un mago malvado para recuperarlo. Los autores de esta serie de sinsentidos son Mary Kirchoff y Steve Winter, quienes no han sabido hacer otra cosa que crear una aventurilla simple, y complicarla un poco con algunas coincidencias o desencuentros, al estilo de las comedias francesas. Que se incluyan algunas páginas con los puntos de vista de los poseedores del brazalete, cuando éste va cambiando de manos, no ayuda nada a la trama, salvo para que así la novela sobrepase por poco las trescientas páginas.

Kitiara Uth Matar, o más bien Dark Heart, plantea de nuevo una historia desarrollada a lo largo de muchos años. Tina Daniell, su autora, nos muestra la infancia de Kitiara y, desde el punto de vista de este personaje, el nacimiento de sus medio hermanos, los gemelos Majere. Situado este inicio, la trama da un giro, y Kit, a la que Solace le queda pequeño, comienza un viaje con una banda de malhechores. Abandonada por éstos, la joven regresa al hogar, aunque más adelante volverá a partir en busca de alguna pista de su padre. La historia, por tanto, no contiene una trama central, sino un planteamiento episódico. Lo mismo sucedía en Qualinost, pero donde allí los saltos daban agilidad y ligereza, aquí dan una sensación de narración poco hilvanada. Las motivaciones del personaje principal son tontunas faltas de madurez, lo que provoca que el lector no pueda sentirse identificado. También es cierto que nunca he llegado a entender el personaje de Kitiara, puesto que una cosa es ser una mercenaria y una mujer dura, y otra diferente traicionar una y otra vez a tus hermanos y amigos (de hecho, más que al personaje, creo que lo que no llego a entender son las actitudes de los otros personajes hacia ella). En cualquier caso, creo que las más de trescientas páginas de la novela se hacen un pelín largas.

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