Una de disculpas

Hace ya diez años que comencé a jugar a rol con mi grupo de la universidad. A los pocos meses ya estaba mastereando. Jugábamos en pocas ocasiones, pero de forma intensa. Aquellos fueron grandes tiempos, con tierras nuevas que hollar (para mí, claro).
Luego, sin que hubiera un cambio brusco, el grupo se fue fragmentando, y formé uno nuevo. Nuevos personajes, nuevas tramas, pero seguía siendo mi Edad Dorada.
Con el intento de comenzar a contar la historia de esos personajes, llegó mi error en cuanto a la campaña de juego. Al tratar de mantener coherentes los sucesos y las actitudes de los PNJs que iban apareciendo, me olvidé de que, más allá de la historia, el rol es un juego de personajes. Y por eso, creo que yo mismo he encontrado, volviendo a mis viejos manuales, la solución al problema que planteaba en la entrada anterior.
Así pues, con la ayuda de mi grupo de juego, trataré de comenzar mi Edad de Plata. No os sorprendáis si empezáis a pensar que el Narrador se ha debido de volver loco para entregaros ciertos objetos, o si os encontráis frente a frente con viejos enemigos.
Lüreon ha sido reinventada.

Pugnus Dei

Como se me echan encima los exámenes, y he tenido que volver a trabajar tras cinco meses de baja, hoy les hago una pequeña entrega, simplemente para hablarles de una serie alemana que, a pesar de todos los defectos que podamos achacarle, tiene mucho mérito.

Lasko, el Puño de Dios tiene de momento una única temporada de siete episodios, centrados absolutamente en su protagonista: Lasko (su maestro en la orden, su hermano Gladius (el gracioso), la policía federal y los 'malotes' que van apareciendo únicamente están ahí para ensalzar la figura del héroe). Sin embargo, como decía, tiene muchos puntos a su favor: la trama de la serie se centra en que existe una orden, el Pugnus Dei (nacida al mismo tiempo que los Hospitalarios, los Templarios y el resto de su caterva), dedicada por entero a enfrentarse a la organización conocida como Ares, de alto poderío económico e infiltrada en altos cargos del Vaticano. Pero, y ahí está lo bueno, la lucha directa contra Ares sólo ocupa un par de episodios, mientras en el resto Lasko debe vérselas con otro tipo de gente (atracadores, para-militares,...), tratando de ayudar en lo posible a los necesitados.

De todas formas, lo interesante de la serie son, sobre el resto, las coreografías. El actor no es que tenga la cara más expresiva del mundo, pero realiza algunos movimientos y saltos muy buenos (incluso aunque a veces se les note el uso de las típicas cuerdas del cine chino). Los combates son muy intensos, y el protagonista recibe en ocasiones de lo lindo. El uso de la cámara lenta, a lo John Woo, es también magnífica. Por otro lado, ciertos lugares de grabación (como el puente del episodio 5º), son fantásticos, y aunque no sé si está grabada enteramente allí, ciertamente la serie te sitúa con facilidad en los Alpes.
En mi opinión, una serie con bajo presupuesto, fácil de ver, de la que espero sigan sacando temporadas.

Mitología fersa antigua (II)

Baraeko
Dios protector de los poblados y de las ciudades amuralladas. Aparece en muy pocos mitos y se conoce poco de su culto hoy día, pero se cree que se practicaban rituales en su honor durante la creación de fortificaciones y por parte de las poblaciones asediadas. Su imagen estaba asociada a las llamas del calor hogañero.

Boemana
Diosa protectora del ganado. Los ritos que sus sacerdotes, generalmente eunucos, celebraban en la antigüedad eran bastante sangrientos, aunque lentamente se fueron equiparando a los del resto de deidades patronas.

Dibus y Deabus
Dioses gemelos y contrarios; se les invocaba en los casamientos y durante los partos. Se contaba que en realidad eran simples humanos, y que uno de ellos (uno u otro según la versión) murió durante el parto. Cuando Tagotis apareció para llevárselo, las súplicas de la madre, y sobre todo el llanto de su hermano, hicieron que se apiadara, y permitió que los hermanos permanecieran juntos durante la primera mitad del año, aunque luego envió a Tameöbigo para llevarse a ambos a los infiernos, donde permanecieron durante la segunda mitad. Este ciclo se repitió incluso tras su muerte, cuando Vael ordenó a Saur construir un arca de metal a modo de reposo final, que fue suspendida en las alturas; durante la primera mitad del año es visible en el cielo, por encima del horizonte meridional. Anteriormente a este hecho, su carácter semidivino hizo que los hermanos fueran partícipes de multitud de juramentos y uniones matrimonales.

Durbed
Genio lujurioso de ríos y lagos. No aceptó el ascenso al trono de Vael, y alzó en rebelión a las ninfas y espíritus de las aguas. Endovëliko era uno de sus principales generales, aunque en realidad actuaba bajo mandato del dios–lobo. Ofreció a Durbed yacer al mismo tiempo con Frouida, recién caída a la tierra, y con Lida; el rebelde cayó en la trampa y pudo ser atrapado. Vael entonces destrozó su cuerpo, con garras y colmillos, y lo desperdigó en finísimos trozos, que fueron transportados por Favonius hasta las alturas. Allí, gracias al calor de Lug y Baelisto, volvió a caer a la tierra y buscó su hogar entre las corrientes y los estanques.

Endovëliko
Espíritu infernal de la noche. Astuto, engañador y viajero, asociado a los caminos y espacios abiertos, era el principal patrón de los ladrones, y en general se disputaba el control de los senderos con Sitiovo, reflejado en la posesión alternativa del cadúceo. Su característica principal era el ingenio, lo que le confiere una cierta ambigüedad moral (según se enfrente la astucia a la fuerza del bruto, o a la honradez del puro). Su símbolo es el cuervo, pues se decía que eran sus enviados y podían comunicarle los secretos espiados a la gente o a otros dioses. Desconfiado pero valeroso, tramposo y curioso hasta límites insondables, es una de las deidades cuya caracterización mejor se ha transmitido.
Aparece en multitud de mitos, siendo el más importante la explicación de su extraña amistad con Baelisto, uno de los dioses de la luz. Gracias a su habilidad pudo arrebatarle el arco, que debía usar Lida para derribar a Arkoni, pero, finalmente, su zalamería fue lo único que pudo calmar momentáneamente la ira del que hace aparecer la luz. Endovëliko aprovechó entonces para clavarle un asta que Saur, por error, había cortado de la cornamenta de Kernunnos, y Baelisto, definitivamente tranquilo, adquirió así el don de la sabiduría. En ciertas comunidades se explica que también consiguió de él la cura para la peste propagada durante su locura, adorándole también como divinidad médica.

Una de agobios... y de cambios

Desde hace ya un tiempo, puedo decir con seguridad que desde antes de pillar la baja (y han sido cinco meses), tengo que confesar que estoy un pelín quemado de masterear. Me niego a aceptar que sea por mantener nuestra campaña durante casi 6 años, ya que sigo teniendo la ilusión de alcanzar ciertos objetivos. Tal vez me hayan afectado las sucesivas bajas de jugadores, aunque en realidad creo que hemos "purgado el sistema". Sin embargo, sea por una causa u otra, cada sábado pre-partida tengo ilusión porque llegue el día siguiente, y cada domingo, al caer la noche, me pregunto qué ha pasado con lo que yo había pensado que iba a ser el día. Y no creo que echar la culpa a los jugadores me alivie a mí de la carga, puesto que el DJ debe ser el alma de la partida.
Una de las razones pudiera ser (y por aquí es por donde voy a intentar solucionar nuestros problemas) la demasiada longitud de la sub-campaña con los Cayados de Levante, y la presencia de las Garras del Fénix en tierras de los albos (donde, lamentablemente, las misiones escasean). Además, siempre estoy intentado que la línea temporal de los Cayados se equipare a la principal, y justamente esos días siempre jugamos más lentamente. Así pues, he decidido que vamos a dejar en suspenso la partida con los Cayados, con el grupo dentro del refugio de los Mekranistas y a punto para re-comenzar cuando nos decidamos a darle caña. Eso nos dejará margen para centrarnos en las Garras, terminar pronto con el hilo narrativo que tenía pensado en Lustal, y continuar en otros lugares. ¡Kalmat está esperando!

SL-CV 42: Senda dels Lladres

Hace un par de domingos, mi querida Eva y yo hicimos un pequeño recorrido de senderismo que, afortunadamente para los que vivimos en Sagunto, puede realizarse sin salir de la población. Se trata, como indica el título de la entrada, de la Senda del Lladres, una ruta local entorno a las murallas del castillo de unos 50 minutos de duración.
En nuestro caso, como la parte que toca el casco urbano ya la conocemos bastante, comenzamos en un lugar ya apartado:

En todo momento del recorrido, las vistas son excepcionales. En esta imagen, al fondo, el monte Picayo, objetivo de una próxima salida:

Y aquí, con el borde barrancoso bien próximo, Eva al frente (pobrecilla, se nos olvidó la gorra) y al fondo, Puerto de Sagunto y la costa.


Al lado contrario de esas vistas, la imponente presencia del castillo:

La campiña saguntina. Os aseguro que no podía dar ni un paso atrás.

En ese mismo punto del recorrido, el telón de fondo de la infranqueable muralla:

La torre de Hércules allá arriba, y el paraje repleto de maleza.

Una de las cosas bien hechas del recorrido, además de las numerosas marcas verdi-blancas, son algunos puntos de interés cultural. En este caso, por ejemplo, se nos dice que en esas rocas estaban emplazadas viviendas íberas:

El sendero, como decíamos, siempre bordeando la muralla:

Y por fin llegábamos a una zona conocida: al fondo, la puerta que da acceso al llamado mirador.

Y ya casi el final del recorrido, a espaldas del teatro.

Ha sido una buena experiencia recorrer esta ruta, pero la verdad es que está bastante abandonada. En buena parte de la zona norte las malas hierbas llegan hasta el pecho, e impiden ver dónde pones los pies. Eso sí, pensaba que iba a tener un recorrido muy sencillo, viendo el trayecto que conocía, pero ha resultado más bien de dificultad moderada, sobre todo teniendo en cuenta el estado actual de mi rodilla. Desde luego, no es apta para ancianos o para llevar niños en brazos.

Varias partidas

La verdad es que últimamente me da un pelín de pereza poner estas mini-crónicas fotográficas de las partidas, pero creo que es porque se me acumuló el trabajo tras la FénixCon. Por esta razón, esta vez les traigo las dos últimas partidas jugadas.
La primera, en casa de Gui, nos dio ocasión para celebrar el cumpleaños de Alex.


En la segunda, celebrada en casa de Alex, el hecho más importante fue un duro combate, agravado con una pifia que dejó a un personaje al borde de la muerte. Los jugadores temían seriamente por la salud de sus personajes.

Mitología fersa antigua (I)

Adaegina
Es la desafiante y salvaje diosa fersa del caos, con multitud de monstruosos seguidores. Se dice que se alimentaba de las mentiras y falsedades de la gente, y de ellas obtenía su fuerza y poderío. Era personificación del desierto total, de lo aciago del mundo, y se la representaba como un monstruo de múltiples cabezas (una hidra).
Aunque el mito dice que fue eliminada por Vael, que consiguió así el trono de los dioses, su presencia sigue ligada a la experiencia de la embriaguez y del frenesí, dominando la zona oscura que precede al orden de la existencia civilizada. En algunos círculos, puede de hecho llegar a ser liberadora de los vínculos sociales y de los gobiernos demasiado estrictos. En el norte se asoció su presencia con la Muerte Blanca, pero en otros lugares se la tiene por esposa de Yaincoa, madre de Akelóo, Arkoni, Kernunnos y Vael, y guardiana de los infiernos superiores, desde lo más profundo del bosque, donde ella habitaba.

Akelóo
El dios-toro, símbolo de la virilidad y la fertilidad masculina. Se dice que su cuerno, símbolo de abundancia, puede verse en los cielos aún húmedos de lluvia. Hijo primogénito de Yaincoa, gobernó con él durante la Edad Dorada. Muerto por Tagotis, que plantó adelfas en el lugar donde pacía, cuenta la leyenda que desde ese momento, gracias a la ayuda de Vael, ha ido reencarnándose en diversos ejemplares del “rebaño sagrado” de las gentes de Antagis. Puede reconocerse a este nuevo Ansso por ciertos rasgos, como el color (generalmente negro) o una mancha en la frente. Este sería, pues, el origen de dicho mito y del espectáculo con él relacionado, y el punto de unión de ambas mitologías.
Durante las akelóales, fiestas celebradas en su honor en la primera ochana del mes de Tramontana, se rememoraba la edad de oro perdida; era un período de buena voluntad, dedicado a los banquetes y al intercambio de visitas y regalos, las actividades se suspendían y se postergaban ejecuciones y operaciones militares; un rasgo peculiar era que los sirvientes ocupaban el sitio preferencial de la mesa familiar y eran servidos por sus señores.

Ansso
Deidad asociada a los pastores de rebaños bovinos de altos pastos; se acostumbraba a dejar las sobras de la cena para alimento del dios a cambio de salud o fertilidad para el ganado. Terriblemente feo, medio animal y medio humano, se amenazaba con él a los niños que se portaban mal; y, de hecho, su nombre puede traducirse simplemente como “miedo”. Se creía que hablaba con la gente mediante los sonidos del bosque y también en las pesadillas. A veces podía ser, sin embargo, terriblemente voraz, y los viajeros debían tener cuidado si escuchaban su sílbido en la soledad de la noche.

Arkoni
Demonio de los bosques que, en forma de un enorme oso, atacaba a los cazadores. El mito cuenta que quedó trastornado por la muerte de su madre (que, según una versión, sería Adagina), y lideró las huestes monstruosas, convirtiéndose en un terrible asesino. Vael encomendó a Lida encargarse de cazarlo, pero sus flechas no pudieron atravesar su gruesa piel, así que pidió a Endovëliko que robara el arco de Baelisto. Sin embargo, fue sorprendido y hubo de hacer un pacto con él: Baelisto le dejaría el arco y Endovëliko le conseguiría los favores de Frouida, que había huido de él. Aunque el trato no fue cumplido, Lida consiguió el arco y pudo finalmente eliminar a Arkoni, cuya carne sirvió para saciar y amansar a las bestias que le acompañaban.
Se dice en Kveldulf que Arkoni habita en cada uno de los grandes osos blancos de la región, y un típico ritual de iniciación, tanto para hombres como mujeres, es emular la gesta de Lida, partiendo a solas y regresando con la carne del animal para compartirla con su gente.

Baelisto
Su nombre significa "el que hace aparecer la luz”. Identificado generalmente con el primero de los soles, llamado Dictis en otros lugares, es el dios de la pureza ritual, de las artes y las ciencias. Enamorado de Frouida, la persiguió por los cielos, pero ella prefirió arrojarse desde las alturas. Ciego de ira al ser engañado por Endovëliko, que había robado su arco, símbolo del poder distante pero certero, construyó uno nuevo y propagó la peste entre los habitantes de la región donde se ocultaba la ninfa. Dotado del don de la sabiduría por haber sido herido con el asta de Kernunnos, conoce el futuro y preside por ello los santuarios de los oráculos.

Libros leídos (primer tercio del 2010)

A primeros de año pude leer en un blog una entrada en la que su autor listaba los libros que había leído en los doce meses anteriores. La verdad es que me dio bastante envidia, puesto que, debido a mis estudios, no siempre  puedo leer lo que me gustaría. Así pues, me decidí a hacer una lista por mí mismo. Sin embargo, veo que si me espero a finalizar el año, será demasiado larga. Éstos son los cuatro primeros meses:

Enero
El rey Lear, de W. Shakespeare

Febrero
Martín Fierro, de J. Hernández
Doña Bárbara, de R. Gallegos
La sombra del caudillo, de M. L. Guzmán
El quinto elefante, de sir T. Pratchet
Estudio en escarlata, de sir A. Conan Doyle
El signo de los cuatro, de sir A. Conan Doyle

Marzo
El Aleph, de J. L. Borges
Poemas humanos, de C. Vallejo
Los versos del capitán, de P. Neruda
El reino de este mundo, de A. Carpentier

Abril
Hijo de hombre, de A. Roa Bastos
Pedro Páramo, de J. Rulfo
Del amor y otros demonios, de G. García Marquez
Lituma en los Andes, de M. Vargas Llosa
El caballero de Olmedo, El perro del hortelano y El castigo sin venganza, de Lope

Muchos son de autores hispanoamericanos; de entre ellos recomendaría la recreación decadente del Caribe español por parte de Gabo en El amor y otros demonios. También hay un poco de teatro áureo; creo que la mejor es la más conocida, El perro del hortelano, pero la verdad es que leer teatro se me hace raro, como si me faltara algo; como ir a una función sale bastante caro (y tiene que coincidir que hagan la obra en tu ciudad) recomiendo la versión cinematográfica de Pilar Miró, que es muy fiel al original. Dentro de la lectura "gustosa", está el volumen de Mundodisco, de Terry Pratchet, que como siempre no defrauda; sin embargo, no es el más gracioso de la serie, y si no te has leído los anteriores (sus libros pueden seguirse sin orden) supongo que peor; recomiendo como siempre los dos primeros (que sí son seguidos): El color de la magia y La luz fantástica, que por cierto tienen versión televisiva, con Sean Astin (Samsagaz en la trilogía de Peter Jackson) haciendo el simpático papel de Dosflores. Y, por fin, después de mucho tiempo, he comenzado a leer, seguidas, las historias originales del más famoso detective literario, gracias a la colección completa, en doce volúmenes y a muy buen precio, que tiene RBA; de momento, con esas dos primeras novelas, Conan Doyle no me ha decepcionado en absoluto.