Continuamos con la última entrada dedicada a la primera Convención Privada de las Garras del Fénix. Así es como despertaron aquellos que no estaban emparejados:
Más suerte tuvieron las parejas, que durmieron más o menos cómodamente:
Mientras desayunábamos...
... el Narrador ya se lanzaba a la forja de un nuevo imperio con el Rome: Total War.
Como los ánimos estaban bastante decaídos, nada mejor que las pociones revitalizantes:
La mesa, desde el punto de vista del Narrador:
Cuando quedaba poco para comer, se nos unió Karol, allá al fondo:
Sin embargo, la tarde comenzó a hacer estragos:
Y cuando todo el mundo se fue, así se quedaron los tres pequeñajos de la casa, reconquistando el territorio y aprovechando para sobar:
Perdón, los cuatro pequeñajos de la casa; mi querida Eva había aguantado muy bien el chaparrón de partidas:
Y esto fue todo. Espero que haya un FénixCon II el año que viene. De momento, en una próxima entrada volveré a ofrecerles la última partida jugada desde la Convención.
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