Tuve la suerte de conocer la obra de Sapkowski gracias a un compañero de trabajo, que me prestó los cinco primeros libros de la Saga de Geralt de Rivia. {Nótese la tontería de unir "saga" y un nombre de una persona, pues las sagas son relatos que superan la dimensión generacional}. Pero un cambio de empleo impidió que pudiera completar su lectura de aquella manera, y con el tiempo vine a adquirir por mí mismo los volúmenes. Tardé un tiempo en conseguir todos los tomos con el mismo tipo de formato, eso sí, porque a mitad de camino la editorial Alamut (antes habían sido editados por Bibliópolis) decidió sacar a la venta un formato en cartoné. Ahora los estoy leyendo despacio, saboreándolos, a un ritmo de uno al mes (así que la segunda parte de la reseña se hará esperar).

Por lo que respecta a la edición española, hay que doblar la cerviz ante el arte de Alejandro Colucci, cuyas portadas saben captar la esencia de las novelas y alimentan la imagen mental que uno puede hacerse de los personajes principales (hablo de las portadas de Alamut). Y si de rendirse ante el savoir-faire se trata, no podemos pasar por alto la excelente traducción de José María Faraldo, quien es capaz de usar términos antiguos (que aparecen, por ejemplo, en el Quijote), trasladar sin problemas un diálogo en lenguaje vulgar, o hacer que la Antigua Lengua, pese a su extrañeza, se mantenga medianamente comprensible.
La serie se centra en la figura de Geralt de Rivia, de profesión brujo. Pero, ojo, cuando decimos brujo (Wiedzmin en el original), estamos hablando de algo particular de esta ambientación. Se trata de cazadores de monstruos, entrenados desde niños en durísimos ejercicios físicos y clases de esgrima, y mutados mediante mezclas especiales de hierbas que los dotan de capacidades sobrehumanas. Pero eso no lo hace, en absoluto, invulnerable. A lo largo de los libros el brujo se ve en serios problemas para mantener su supuesta neutralidad y para descubrir que, casi siempre, el peor monstruo anida en el corazón de los humanos.


La espada del destino incluye también seis cuentos, aunque esta vez no se trata de un relato-marco. Me acabo de enterar, mientras buscaba algo de información extra, de que el orden de publicación original en Polonia es al contrario (El último deseo precede a éste), algo que se me hace extraño, dado que estos relatos me parecen mejor entrelazados unos con otros (a lo largo del texto, en un segundo plano, tiene lugar una guerra lejana, que sólo tendrá consecuencias a posteriori), y sobre todo porque ya se establece el tono que continuará en el resto de la narración (gracias a la aparición en escena de Ciri, princesa de la recién tomada Cintra y "Niña de la Sorpresa" de Geralt). Es decir: seguir el orden de la edición española es más correcto cronológicamente.

Tiempo de odio tiene lugar, principalmente, en Thanedd, la isla de los hechiceros. Allí acuden Yennefer y Ciri, pues va a celebrarse una reunión, y allí también viaja Geralt, pues sabe que diversos asesinos persiguen a su protegida. La cantidad de magia en este libro es, por supuesto, mucho mayor de lo habitual, sobre todo cuando dos grupos diferentes de hechiceros (unos, aliados de Nilfgaard; los otros, consejeros de los reyes del norte) deciden que deben dar un golpe contra la supuesta neutralidad de su propia organización. Hay un buen clímax cuando todavía quedan cien páginas de libro, por lo que estas últimas me dejaron bastante frío. En ellas se adelanta ya parte del libro siguiente, pues Ciri, que ha usado sin desearlo un portal de teletransporte, debe sacarse las castañas del fuego en solitario, y se ve unida a una banda de maleantes en la parte más meridional de Nilfgaard.
La reseña de la serie continúa en esta otra entrada.
La reseña de la serie continúa en esta otra entrada.
Grandísima esta serie. Sapkowski es un autor que me enganchó desde la primera vez que leí El último deseo, y no poco tiene que ver el magnífico desempeño de la traducción.
ResponderEliminarSus personajes me parecen muy completos, despiertan empatía en parte a causa de sus defectos. Aunque el peso siempre lo llevan los personajes, el mundo en que estos viven se va viendo gradualmente más detallado, incluyendo aquí y allá algún capítulo expresamente para este fin.
En fin, que no puedo alabar lo bastante a este autor, quizá el único que pondría por encima de Joe Abercrombie y de China Mieville entre los que más me han gustado de los últimos diez años. Y su Trilogía de las Guerras Husitas, aunque carece de la espectacularidad de personajes como Geralt, está a la altura.
Un saludo.
Palabras muy ciertas; veo que coincidimos una vez más.
EliminarPor mi parte, tengo pendiente todavía hincarle el diente a las Guerras Husitas, aunque no soy muy del gusto de entremezclar historia y fantasía.