Reseña: Trilogía de las Moonshaes

Volvemos con una pequeña revisión de una de las series divididas en tres entregas que tendemos a llamar trilogías. ¿Por qué digo esto? Buena pregunta, nunca me cansaré de explicar su respuesta: una trilogía está compuesta de tres obras diferentes, aunque tengan un cierto aspecto que mantengan la unidad. Pueden ser (es lo más común) tres episodios en la vida de un personaje, o de una familia, pero nunca serán tres libros que cuentan una misma historia. Pero claro, El Señor de los Anillos se publicó en tres entregas (por razones editoriales; el autor estaba en contra e incluso le costó encontrar los títulos adecuados de los tomos) y desde entonces toda la caterva de escritores de franquicias de fantasía plantea las obras en ese mismo formato.

En el caso que nos ocupa hoy, la primera novela se publicó suelta, y luego se alargó la cosa a una "trilogía". Y se nota, pues las dos últimas novelas cuentan una misma historia.

Pero vayamos paso a paso. Su autor es Douglas Niles (nacido en 1954), uno de esos autores que comenzó a desarrollar su trabajo de la mano de TSR (a partir de 1982). Pasó de ser corrector de módulos a diseñar algunas de las aventuras que hoy son ya clásicos de D&D, y luego a escribir novelas de sus franquicias más famosas, Reinos Olvidados y Dragonlance. Desde 1986, el tío Niles ha escrito unas cincuenta novelas. Casi nada: a dos por año. Posteriormente  dejó TSR para ocuparse a escribir novelas de fantasía.

El Pozo de las Tinieblas es la primera novela escrita para la ambientación de los Reinos Olvidados, y fue publicada en 1987. Le siguieron en años sucesivos El dios de la muerte y La venganza de Bhaal. En 1992-93 Niles volvería a escribir sobre las islas Moonshaes, con una trilogía titulada Druidhome que, creo, no está traducida al castellano.

La serie nos sitúa en unas islas con claro trasfondo céltico (nombres, aspecto, cultura), donde los aspectos mágicos y clericales típicos de D&D parecen no haberse desarrollado, siendo en cierta forma amalgamados en una religión druídica de veneración a la Madre Tierra. Todo eso está destinado a cambiar a lo largo de la serie de novelas, aunque la trama central se aleja de ello para mostrarnos los avances de un noble de una de las islas y de una aprendiz de druida, junto con un bardo y algunos secundarios. Y precisamente son los personajes, a mi parecer, lo más flojo de las novelas: son excesivamente planos, y los conflictos entre ellos están manidos y son tratados de forma muy superficial.

Sin embargo, creo que la ambientación está muy bien tratada, la oscuridad que se va extendiendo por la isla aparece reflejada de una forma muy coherente, y la trama avanza con gran agilidad, mediante una sucesión de puntos de vista que luego ha llegado a ser la norma en la narración. La trilogía de las Moonshaes no cuenta nada del otro mundo, pero tiene puntos de originalidad y rasgos que la convierten en una serie de la parte de arriba del montón.

Y no sabía por qué motivo, eso me extrañaba: para ser novela de franquicia, era bastante buena (a pesar de sus defectos, muy normales si sumamos la inexperiencia de Niles con su velocidad de escritura). Entonces, al finalizar la tercera novela, pude leer esto en la parte de agradecimientos: "(...) debo dar las gracias a un equipo de diseñadores británicos de juegos (...). Aunque el trabajo en que colaboramos nunca llegó a hacerse realidad, algunos de sus ingredientes sirvieron para concebir el Pozo de las Tinieblas. Doy las gracias también a Jeff Grubb y Ed Greenwood, que encontraron un lugar para mis islas en los Reinos Olvidados (...)". Resumiendo, que la trama y la ambientación ya estaban en buena parte en la cabeza de Niles, y no son enteramente un trabajo de franquicia. Eso ya me cuadra más.

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