Tras La piel del tambor (1995), Pérez-Reverte inició la serie de Alatriste, cuyos tres primeros libros aparecieron en años sucesivos. También del 98 es Patente de corso, el primero de los libros dedicados a la recopilación de sus artículos de prensa. De todos ellos nos ocuparemos más adelante, y haremos un salto hasta su siguiente novela, La carta esférica, publicada por Alfaguara en el año 2000.
En su medio millar de páginas nos describe la recuperación del tesoro de un pecio hundido frente a las costas de Cartagena por parte de Tánger, empleada del Museo Naval, y Coy, marinero 'varado' en tierra. A ellos se enfrentan, como prototípicos perseguidores, Nino Palermo y Horacio Kiskoros. La novela se desarrolla lentamente, con un proceso investigador escaso en el que el lector poco puede intervenir, y sus diálogos, llenos de silencios, resultan intervenidos casi siempre por la voz interior de Coy. Es la mirada de éste, a pesar de que no es quien nos cuenta la historia, la que sigue la novela, y de esta forma podemos ir averiguando poco a poco los movimientos de los personajes, al mismo tiempo que lo hace ese triste marinero.
El ritmo lento de la obra tiene, sin embargo, un buen motivo. La lectura de La carta esférica no debe hacerse buscando escenas de acción o un final trepidante, sino que debemos dejar fluir la narración. Ésta se llena de una mirada desengañada de la vida, del miedo a la falsedad, la soledad y la muerte, y sobre todo a la muerte en soledad. La novela habla de infancias perdidas y del respiro que supone para el alma de los personajes el silencio de las inmersiones bajo el mar.
Existe una adaptación cinematográfica de La carta esférica, estrenada con el mismo título en 2007, dirigida por Imanol Uribe. La adaptación es muy fiel, con escasísimos cambios, hasta que llegamos al final, que es abismalmente distinto. Actúan como los personajes principales Carmelo Gómez y Aitana Sánchez-Gijón, y como los secundarios Gonzalo Cunill y Enrico Lo Verso (quien el año anterior había interpretado a Malatesta en la adaptación de Alatriste).


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