Los primeros, un servidor, como Narrador, y mi querida Eva, con la discípula del dragón, Idriel, que sigue con su papiroflexia.
(Por si alguien tiene dudas, el Narrador es el de la barba roja).
(Por si alguien tiene dudas, el Narrador es el de la barba roja).
Luego estaba Rob, que, fallecido Jirebrak, se entretenía con el druida Meril (de Anabel) y el mercenario Balkar (de Alex).
Para retomar la Fortaleza del Cuervo, los jugadores se decidieron por el plan de Llakardros, dividiendo sus fuerzas en tres, formando ellos mismos el grupo nº 1, que llevaba el peso de la batalla. En la pizarra, un mapa esquematizado, el plan por orden secuencial y la composición de los grupos.
De nuevo, Eva con sus papelitos, y el Narrador lanzando un dado. No fue una de esas partidas con tiradas abrumadoras en contra de los jugadores, aunque sí hubo varios momentos de tensión cuando cinco de los personajes quedaron con los Puntos de Vida reducidos de tal manera que un ataque con éxito los hubiera eliminado.
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