Diario de campaña 119: llegada a Bosquesquilmado


Hoy, como cada domingo, toca partida. Pero como nuestro grupo de juego sólo se reúne cada quince días, en realidad lo que veremos hoy es un resumen de lo sucedido la semana pasada.

El grupo contando PV. Usamos lentejitas metidas en un bote,
y tras unas cuantas sesiones a veces los números no cuadran...
Ya les comenté en una entrada anterior (¡aquí!) que he adaptado y resumido la serie Kingmaker de Paizo para que mi grupo tenga un entretenimiento mientras esperan que la caravana de la expedición que guiarán hacia el helado norte parta de Canalburgo y les alcance.

Los situé directamente en el valle de Bosquesquilmado, justo frente a la puerta del enclave comercial de Olgo (Oleg's trading post en el original). Los tramperos de los alrededores consiguen allí lo que no pueden encontrar en los bosques, a cambio de las pieles de sus presas, que Olgo se encarga de intercambiar con los escasos comerciantes que llegan desde la ciudad.

Protegiendo el enclave comercial.
Pero desde hace unas semanas los bienes del enclave están siendo robados bajo amenazas por una panda de desharrapados bandidos, liderados por un tal Venatore (Stag Lord). A las Garras del Fénix no les hace falta que les empujen hacia la aventura, y decidieron hacerse cargo del problema.

En primer lugar emboscaron a los cuatro bandidos que, sin esperar resistencia, llegaban esa misma madrugada para llevarse lo que Olgo hubiera acumulado. El combate fue tan fácil que no se merecían PX, pero les dejé caer algunos porque redujeron a los cuatro sin matarlos.

Luego tuve que echarles la bronca, eso sí, porque tardaron media hora en decidir qué hacer con los prisioneros, una vez obtenida la información que creían necesaria. Y si les abronqué fue porque la partida estaba siendo muy lenta, principalmente porque llevábamos tiempo sin reunirnos y por cualquier tontería nos poníamos (yo el primero) a charlar de cosas que no pertenecían a la partida.

Superado el escollo, los PJ acudieron al lugar donde acampaba el grupo de bandidos. Antes, al llegar al río, se encontraron con Dabïk Ortiga (Davik Nettles en el original), el dueño de un pequeño negocio que permitía cruzar la corriente. Sin embargo, Venatore había destruido su casa y el transbordador, y Ortiga no era más que un espectro con poder sobre el agua y ganas de venganza. Afortunadamente, el grupo no se lanzó contra él nada más verlo, y Vaire intentó acceder a su doloroso espíritu, contemplando así el horror de lo que le sucedió. Todos se mostraron más que dispuestos en lanzar a Venatore al río, mejor vivo que muerto, tal y como les había pedido el aparecido. El líder de los bandidos comenzaba a situarse como un enemigo odioso, inmerecedor de piedad alguna.

Asaltando (con problemas) el puesto de los bandidos.
Finalmente las Garras llegaron al campamento de los bandidos. Los apresados anteriormente habían dicho que había ocho, pero sólo lucharon contra seis, ya que reservé a dos, la líder de este grupo y otro, para que amenazaran a los PJ y, con suerte, los arrastraran en una persecución hasta la fortaleza de Venatore.

El plan salió bastante bien. La única complicación para el grupo vino de uno de los bandidos, que logró parar y responder nada menos que tres veces de los cuatro ataques sufridos (y necesitaba un 12 en el d12 para hacerlo en cada ocasión), y el otro fue una pifia del pobre Nali.

Superado el escollo, los PJ llegaron hasta la fortaleza de Venatore, situada en un antiguo monasterio abandonado. Las puertas se abrieron cuando el grupo todavía estaba lejos, y el propio bandido les gritó la bienvenida al lugar. Y hasta ahí llegó el tiempo que teníamos previsto. En la próxima partida, el combate contra Venatore y sus hombres, y seguir explorando Bosquesquilmado.

Objetivos cumplidos hasta el momento en «Los Peligros de Bosquesquilmado»:
  • Lugares visitados: 4/38.
  • Recompensas logradas: 1/5 (acabar con al menos 6 bandidos).
  • Rumores comprobados: 1/12 (fantasma en el «puente quemado»).

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